Asociación Torrijos 1831 06/12/2024
Hoy, día de la Constitución en España, deseamos explicar en esta página algunos datos del general José María Torrijos y Uriarte, un defensor del sistema constitucional en la historia de nuestro país. También, estimamos necesario hacerlo en cuanto a sus convicciones e ideales. Pero antes creemos oportuno hacer una pregunta ¿Qué memoria mantenemos los españoles, en general, por quienes nos legaron nuestra primera Constitución, la de 1812, y por la de aquellos otros que, entre su promulgación y 1833, padecieron prisión, emigraciones, torturas y muertes, por defenderla, hasta el año 1833? Cervantes había dejado escrito en «El Quijote»: «Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida». Esta frase nos puede servir de referencia para ver más allá y comprender mejor…
Torrijos, honra y prez de las libertades.
Desde el siglo XVI, los Torrijos formaron parte de la administración de los Austria y, más tarde, sirvieron en diferentes cargos a los Borbones, especialmente en la Justicia y la Corte. El propio padre de José María Torrijos, Cristóbal Torrijos, fue ayuda de Cámara de Carlos IV, y el joven José María, por los grandes privilegios que otorgaba el régimen estamental, fue capitán a los 14 años, lo que le supuso a la larga, y por los méritos contraídos en la Guerra de la Independencia, ser brigadier (antecedente de lo que hoy es general de brigada), a los 24 años. Con esa edad, y ya en 1815, se le ofreció el ascenso mariscal de campo (general de división hoy). Lo que la mayoría de los militares hubieran aceptado sin ningún tipo de dudas, para situarse en sus carreras próximos al deseado empleo de teniente general, para Torrijos supuso rechazarlo, al actuar con arreglo a lo que le dictaban sus sentimientos personales. Para conseguir ese empleo, Torrijos debía marchar con el general Morillo, voluntariamente, para reprimir los movimientos de insurgencia producidos en las colonias americanas pertenecientes a la Corona española. Tres factores incidieron en esa decisión: los abuelos maternos de Torrijos, los Uriarte y Borja, habían sido descendientes de una rica saga familiar, de Ecuador. Por tanto, América la llevaba en su alma. Por otra parte, al vivir en la Plaza de Pozos de la Nieve, en Cádiz, entre 1811 y 1812, había conocido a varios diputados americanos en las Cortes, que habían participado en la elaboración de la Constitución de 1812, una carta magna que daría tratamiento de españoles a los habitantes de las colonias, muy diferente a la visión absolutista, regresiva y represiva, que les daría Fernando VII a partir de 1814. Torrijos vivió gran parte del proceso legislativo de la Constitución, e hizo amigos entre varios de los militares que formaron parte de la elaboración de los artículos constitucionales, y también, compartió actos sociales con los americanos de las Cortes. Fue en ese Cádiz donde Torrijos comenzaría a sentir esa vocación por los derechos y las libertades, y el valor del concepto de ciudadano para los españoles, que a través de la Constitución serían nación. Pero aquel proceso progresista para el país quedó abortado cuando el monarca Fernando VII regresó de su prisión en Francia, aboliendo la Constitución de 1812, lo legislado en ella, así como lo tramitado por las Cortes y la Regencia. El monarca lo hizo con los medios y maneras de un auténtico golpe de estado. Aquellos acontecimientos, el objetivo de aquel traslado de tropas al continente amerícano, que no era otro que el de imponer el absolutismo a las colonias y subyugar a sus habitantes bajo el régimen represivo fernandino, que ya campeaba en la propia España, y el factor de que la expedición era de carácter voluntario, fue por lo que Torrijos rehusó ir a América.
El gobierno lo destinó entonces a Murcia, al mando del Regimiento Lorena. Aparte de Murcia, quedaron bajo su jurisdicción las plazas importantes de Alicante y Murcia. Allí supo cómo continuaban los arrestos y exilios para los constitucionalistas. Aquellas injusticias llevadas a cabo, hicieron que Torrijos se adhiriera a los planes del general Lacy para el retorno de la Constitución. Sin embargo, la policía absolutista descubrió la conjura, llevando a Lacy al paredón y a Torrijos a prisión, de donde no saldría hasta triunfar el pronunciamiento del teniente coronel Rafael del Riego en las Cabezas de San Juan, en 1820.
El Trienio Liberal.
Forzado por los acontecimientos, Fernando VII juró la Constitución el 7 de marzo de 1820. Siempre hay alguien que es capaz de ver más, y Juan López Pinto, comandante de artillería entonces, escribió acertadamente“…, fue el primer cimiento que echó la contrarrevolución”. No se equivocó, pues lo que parecía una mejora del sistema político español, el fin de los privilegios de la nobleza y el clero (no se debe de olvidar que ya en el reinado anterior, de Carlos IV, la mitad de la riqueza del estado español pertenecía a la Iglesia), y el advenimiento de una identidad colectiva encarnada en la nación, soberana por excelencia, muy pronto comenzó a frenarse desde los poderes del estado. El rey eligió un gobierno a su medida (a su interés para poner cargos de su conveniencia en lugares claves, y también, para disolver al ejército de la Isla, motor y garante de los cambios producidos). Además, los diputados doceañistas de Cádiz, que habían sufrido represalias con duros encarcelamientos, en seis años, ahora, designados en cargos políticos importantes, pactaban con los absolutistas interesados en frenar las reformas e ir dando cada vez más poderes al rey, es decir, reducir el protagonismo de la representación nacional a favor de los poderes del monarca, algo contrario a lo recogido en la Constitución. Incluso a destacados jefes militares liberales, les llegó la hora de acomodarse: Antonio Quiroga y López Baños, considerados héroes del ejército de la Isla durante el levantamiento de Riego, iban cambiando sus pareceres dosificando su defensa constitucional para “remar” a favor de ventajas para el rey. La agitación entre las filas de los constitucionalistas no se hizo esperar. Un grupo importante de liberales, en desacuerdo con aquel estado de las cosas, crearon la Comunería, una sociedad no secreta, entre los que figuraron, Romero Alpuente, Torrijos, Ignacio López Pinto, Ballesteros y otros. Reconocieron como base inalterable el Artículo 3º de la Constitución: “La soberanía reside esencialmente en la Nación y por lo mismo le corresponde a ésta, exclusivamente, el derecho de establecer sus leyes fundamentales”. Y es aquí, cuando comienza el ideal de la adhesión de las clases populares, ya que el programa de la Comunería tenía un evidente carácter democrático. Torrijos y sus compañeros defendían, por tanto, una revolución liberal que fuera democrática y llevara a la participación del pueblo. Como escribió el historiador Gil Novales, una “…, especie de revolución en lo alto, con vocación popular”, en la que era trascendente que el pueblo mejorara su situación. Aquella resolución novedosa incardinada en lo que era una revolución burguesa, está perfectamente recogida en el cuadro de Antonio Gisbert “El fusilamiento de Torrijos”, que de forma magistral recoge a los representantes de la burguesía, junto a integrantes del pueblo, hombro con hombro momentos antes de morir. Ya en la defensa de Cartagena de 1823, Torrijos se apoyó tanto en las unidades bajo su mando, y también en el valor del pueblo cartagenero. El resultado está ahí: Cartagena fue la última en arriar la bandera constitucional ante los Cien mil hijos de San Luís.
Torrijos fue con los vientos de la historia.
Hoy, nuestro país tiene un sistema constitucional y una monarquía parlamentaria, y está constituido como un estado democrático y de derecho. Fue el sueño del general Torrijos, un ideal que marchó con los llamados vientos de la historia, pues aquella visión política y social es lo que viven los ciudadanos españoles en la actualidad.
No se equivocó con lo que a su juicio debió ser el destino de su país, y eso pone muy en valor a la figura histórica de José María Torrijos. Por ello hemos querido ofrecer aquí algunos datos de su extensa biografía, para conocer un poco mejor su proceder ante la vida y las adversidades, y que estas nunca le arredraron, ni en su último aliento.
Datos de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831.
Tipo de Asociación: cultural, dedicada a la investigación histórica, y recreadora en sus actuaciones en público para exponer los hechos que representa. Ámbito de actuación: regional, recogida en el Registro de asociaciones la Junta de Andalucía. Inició su periodo constituyente en el año 2002, siendo legalizada en 2003. Fue un proyecto original desde el principio, pues en España no se había creado anteriormente una Asociación sobre el personaje histórico de José María Torrijos y Uriarte, héroe de la Guerra de Independencia y defensor de las libertades y derechos constitucionales frente al poder absoluto del reinado de Fernando VII. Original en las formas, dedicación y fines, que recogen sus estatutos, cimentando sus antecedentes en los precursores que trabajaron sobre el personaje de Torrijos en la provincia de Málaga, en las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX y primeros años del XXI.
Como colectivo de recreaciones históricas, es el más antiguo de las dedicadas al siglo XIX, en Andalucía. En cuanto a las representaciones relativas a la Guerra de la Independencia en las que participa la Asociación, la recreación insignia, creada en 2007, es el “Regimiento de Infantería de Málaga”, unidad titular de Málaga, que salvo un periodo de disolución, tuvo vida castrense desde 1701 a 1893, siendo su historial heredado por el Regimiento Melilla en sus diferentes numeraciones, y que fue disuelto en Málaga, en 1985. Para entrar en su historial y actividades: regimientodeinfanteriademalaga.blogspot.com
Correo de Contacto: asociacióntorrijos1831@gmail.com También, a través de este correo se pueden solicitar visitas concertadas al Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos (Refectorio), en el barrio de El Perchel de Málaga. Teléfono de contacto: 952234039. Página web: www.torrijos1831.com