Asociación Torrijos 1831 19/08/2024
Una comisión militar de Almería juzgó a los prisioneros. En realidad era una farsa judicial, pues Fernando VII, el verdadero juez, al ser la cabeza de la justicia absolutista, había ordenado que fueran fusilados por la espalda, de rodillas y dejados sus cadáveres abandonados en el lugar, sin recibir enterramiento. Así que, esa orden fue la que, exactamente, se cumplió en el amanecer del 24 de agosto, siendo los prisioneros llevados a la cinco de la mañana, en carros, hasta la muralla denominada del Socorro. Ya de rodillas, y ante sorpresa de los representantes absolutistas y el pelotón de ejecución, los condenados comenzaron a entonar el Himno compuesto por Benigno Morales, en Gibraltar (Morales estaba también de rodilla con los demás en esos últimos momentos), intentando aliviar sus almas con lo único que ya podían hacer. Sólo les dio tiempo de entonar la primera estrofa…
“Libertad y unión: alzad
venid guerreros de España
las cadenas arrojad:
¡Viva la Libertad!…”
Tras la ejecución, los cuerpos quedaron tirados en el suelo para ser pasto de las alimañas. Sin embargo, al llegar las sombras de la noche, el padre Miguel Pérez de Perceval, auxiliado por dos hermanos franciscanos y el monje jerónimo Vicente García (este había auxiliado a los condenados en sus confesiones), fueron llevándose los cuerpos yertos de los ejecutados, uno a uno, a lomos de una mula, enterrando los cadáveres en varias zanjas que habían abierto en el antiguo cementerio almeriense. Al día siguiente, los religiosos fueron llamados por las autoridades, a declarar, por haber infringido lo ordenado, pero los monjes alegaron que, como cristianos, una de sus misiones que tenían de obligado cumplimiento, era la de enterrar a los muertos. No hay constancia escrita de que fueran castigados por ello.
El gobierno absolutista de Almería quiso dejar muy claro en un manifiesto, sobre lo ocurrido, a quienes les debía su éxito y, por consiguiente, la derrota de los constitucionalistas: “Almería…, sería una ingrata si no conociese que la victoria que ha conseguido contra la raza impía de enemigos que la combatieron, la debía a la singular protección de su Ángel tutelar, que lo es la Reina de ellos y Madre de Dios bajo el título del Mar, su patrona: La memoria de este triunfo se transmitirá a la posterioridad… Por los hijos de Almería, correspondiendo a los particulares beneficios y milagros que infaliblemente han experimentado… Alabarán y bendecirán al Dios de Israel que ha salvado a su pueblo, y proclamarán a su patrona diciendo: ¡Viva nuestra Madre: Viva nuestra abogada: Viva nuestra Redentora: Viva nuestra Iluminadora: Viva nuestra Antorcha: Viva la Religión y Viva el Rey!”.
Lista de los ejecutados en Almería por los intentos de asalto de agosto de 1824.
Juan Luc. Teniente coronel y ayudante de Riego.
Francisco Paules. Capitán del Ejército.
Juan Luís Rute. Capitán del Regimiento de Infantería de la Corona.
Carlos de Hoyos. Capitán del Regimiento Málaga.
Nicolás González. Capitán del Ejército.
Bernardino Bustamante. Capitán retirado.
Francisco González. Teniente del Ejército (hermano del anterior).
Juan González. Teniente del Ejército (hermano de los dos anteriores).
Ángel Garay. Teniente e hijo de un Intendente de Murcia.
Evaristo Fernández. Teniente del Ejército.
Jorge Navarrete. Subteniente del Ejército.
Tomás Rey. Sargento 1º del Ejército, nacido en Dublín (Irlanda).
Miguel Jiménez. Sargento 2º de Infantería.
José Rojas. Sargento 2º del Ejército.
Ramón Manzano. Sargento 1º de la Milicia Nacional.
José Gandía. Oficial de la Administración de Rentas de Gibraltar.
Carlos Masoff, seudónimo del general francés Cugnet de Montarlot, que conspiró contra Luís XVI de Francia.
Antonio Guerrero. Militar.
José López. Cabo 1º del Ejército.
Benigno Morales. Editor muy conocido de la revista liberal “El Zurriago”.
Juan Pérez Valverde. Marinero.
José Pascual. Paisano y dirigente de liberales, de Huecija.
Guillermo Gusti. Oficial del Gobierno Militar de Gibraltar, nacido en Dublín (Irlanda).
José Ferrari
Juan Bautista Peti
Se sabe, que cuatro muchachos muy jóvenes, menores de edad, estuvieron entre los prisioneros. El ser menores de edad les salvó del fusilamiento. Pero tuvieron su castigo al ser condenados al suplicio de baquetas. Tras ser apaleados bárbaramente, tuvieron que ser ingresados en un hospital de Almería a causa de sus dolorosas heridas. Algo recuperados de las mismas, fueron enviados a Málaga para sufrir prisión.
La sierra de Gador fue refugio para la gran mayoría de los que lograron escapar de los realistas, tras los últimos combates, hasta que, finalmente, consiguieron huir a Gibraltar, donde permanecieron varios años.
Los “Coloraos” al día de hoy.
¿Fue una derrota el intento de la expedición procedente de Gibraltar? ¿Un despropósito? Los evidentes hechos de 1824 y, en especial, el aniquilamiento de gran parte del grupo que desembarcó en la costa almeriense, parece dejar pocos resquicios a la interpretación. ¿Pero, puede considerarse la acción de los “Coloraos” un fracaso cuando la memoria de nuestra Historia los ha hecho eternos?
Es fácil comprenderlo. El tiempo, definidor de tantas cosas, les dio la razón. También, los vientos de la Historia (tan esclarecedores siempre), fueron con los ideales de aquel grupo de hombres valientes y, también, con su arriesgado intento por lograr el sistema político que trataron de defender, pues hoy día nuestro país está regido por un sistema constitucional, y el pueblo está representado por un Parlamento donde radica la soberanía. Un sistema que sus enemigos siempre odiaron, detestaron e hicieron cuanto estuvo en sus manos porque nunca existiera en nuestro país. Su sueño, el de los “Coloraos”, se impuso: España ya no pertenece a una familia, como si ocurría en 1824. Además, en su Almería (el lejano y principal objetivo de aquel trágico verano de 1824), el monumento más emblemático de la ciudad está dedicado a su eterna memoria. Nada que ver con el monarca que los condenó a morir, el nefasto Fernando VII, pues hoy, él mismo es el que está condenado en nuestros libros de historia, en los artículos de prensa y revistas especializadas con buen contenido científico, por todos los “méritos acumulados” desde que, de nuevo, fue implantado en su trono absoluto, en 1823, por un ejército francés de ocupación (cuanto honor). Fernando VII y todo su régimen se dedicaron a la demolición institucional, legislativa y económica del régimen constitucional, así como a acabar, física e intelectualmente, con la masa social que lo había sostenido: los liberales. Esta represión fue tan extrema, que figura como una de las más crueles y negras en la historia contemporánea española. Sin embargo, aún sería peor su herencia, pues esa violencia política ejercitada y dirigida desde la cúpula del poder del estado absoluto, durante tantos años, crearía una fractura de grandes proporciones en la sociedad española, cuyos males, especialmente los inculcados en las mentalidades, pervivieron a través del tiempo, especialmente, por la intransigencia, rechazo (incluso odio), por el que piensa diferente, y por el proclive y peligroso pensar guerracivilista, cuya materialización, desgraciadamente, jalonó los siglos XIX y XX.
Hoy, la creencia en Dios y la práctica de la fe es decisión y derecho moral de cada persona, pero ya no tiene sostén alguno, y menos cuando se comprueba diariamente, en las noticias, la muerte de tantos niños inocentes en las guerras, que Dios está de parte de estos y no de aquellos, que está instalado sobre la cúpula directiva de un estado “para el buen gobierno de sus habitantes y el cuidado de sus almas”, y que en las guerras y enfrentamientos, es un despropósito el pensar que Dios es parte. Nada de eso es comprensible moralmente, y menos puede serlo para los seguidores del Dios misericordioso enseñado en el orbe cristiano. Las autoridades absolutistas de Almería que vencieron a los “Coloraos” en 1824, dejaron por escrito que, a Dios, la Virgen y los santos, les debieron aquella victoria, un factor más para comprender quienes marcharon con los vientos de la Historia, y quienes sostuvieron a un anquilosado poder, repleto todavía en 1824, de reminiscencias medievales, que mantenía el sistema desigual basado en unos privilegiados, y otros que no lo eran, con dos justicias diferentes, dependiendo de la parte a la que se perteneciera, y que la tortura era aplicada al pueblo para conseguir forzadas culpabilidades.
Resulta incuestionable, que los ilustrados españoles conformaron el primer núcleo moderno y reformista de nuestro país, y que sus herederos directos, en cuanto a la idea de un estado mucho mejor que el heredado absoluto, y más moderno que éste, fueron nuestros liberales decimonónicos. Los denominados “Coloraos” estuvieron entre estos últimos. Eso lo dice todo, en cuanto a la visión actual que debemos de tener de ellos.
Datos de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831.
Tipo de Asociación: cultural, dedicada a la investigación histórica, y recreadora en sus actuaciones en público para exponer los hechos que representa. Ámbito de actuación: Regional (inscrita en el Registro de Asociaciones y Junta de Andalucía). Inició su periodo constituyente en el año 2002, siendo legalizada en 2003. Fue un proyecto original desde el principio, pues en España no se había creado anteriormente una Asociación sobre el personaje histórico de José María Torrijos y Uriarte, héroe de la Guerra de Independencia, y defensor de las libertades y derechos constitucionales frente al poder absoluto del reinado de Fernando VII. Original en las formas, dedicación y fines, que recogen sus estatutos, cimentando sus antecedentes en los precursores que trabajaron sobre el personaje de Torrijos en la provincia de Málaga, en las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX y primeros años del XXI, y también, en la razón fundamental y objetiva que como texto legal marca la fecha de legalización de su fundación.
Como colectivo de recreaciones históricas, es el más antiguo de las dedicados al siglo XIX, en Andalucía. En cuanto a las representaciones relativas a la Guerra de la Independencia en las que participa la Asociación, la recreación insignia, creada en 2007, es el “Regimiento de Infantería de Málaga”, unidad titular de Málaga, que salvo un periodo de disolución, tuvo vida castrense desde 1701 a 1893, siendo su historial heredado por el Regimiento Melilla en sus diferentes numeraciones, y que fue disuelto en Málaga, en 1985.
Para entrar en su historial y actividades: regimientodeinfanteriademalaga.blogspot.com
Correo de Contacto: asociaciontorrijos1831@gmail.com Teléfono 952234039. Página web: www.torrijos1831.com