Asociación Torrijos 1831. 27/11/2024
El pasado día 26 de noviembre, a partir de las diez de la mañana, el presidente de la Asociación Torrijos 1831 impartió una exposición sobre la importancia histórica que tuvo la antigua Alquería de Mollina, ante cincuenta alumnos del Colegio Torrijos de la barriada de Torrealquería (Alhaurín de la Torre), en el local- taller de la Asociación de Vecinos de la barriada. La exposición fue solicitada tanto por la referida Asociación de Vecinos como por la dirección del colegio, que lleva el nombre del general liberal debido a la iniciativa que tuvo el primer maestro que tuvo este centro, Carlos Mayorga (q.e.p.d.), en la década de los años ochenta del siglo XX. Los alumnos, que por indicación de sus maestras traían libretas y bolígrafos, se mostraron muy receptivos por toda la información que adquirieron durante una hora y media, mostrando sus curiosidades a través de las numerosas preguntas que hicieron.
La importancia de que los niños conozcan su historia local.
La pequeña barriada de Torrealquería tiene la importancia de contar en sus terrenos, con el privilegiado escenario que acogió el único hecho histórico sucedido en Alhaurín de la Torre: el cerco y dentención del general Torrijos y sus compañeros liberales, sucedido entre los días 4 y 5 de diciembre del año 1831. Nos referimos a las ruinas de la antigua Alquería de Mollina, o lo que, desgraciadamente, queda de ella. No sólo debe esa importancia al general Torrijos, sino a otros ilustres personajes que fueron aprendidos con él, como Manuel Flores Calderón, que fue presidente de las Cortes en 1823, o Francisco Fernández Golfín, uno de los padres de la Constitución de 1812, y cómo no, Robert Boyd, el distinguido oficial británico que apoyó la causa constitucionalista de Torrijos. Los alumnos se entusiasmaron al conocer que, con Torrijos, llegó a la alquería un joven grumete de 15 años, y que de ello fue testigo la conocida como “niña de la alquería”, que con sus 13 años vio todo lo sucedido durante el cerco de aquellos dos días, especialmente, los desvelos que tuvo Torrijos por la suerte del joven grumete.
Agradecemos la colaboración de las maestras que llevaron a los alumnos, así como la educación y atención que, en todo momento, mostraron los niños.