Asociación Torrijos 1831 19/01/2025
Organizado por la Asociación Torrijos 1831, y contando con la colaboración de la Concejalía de Cultura de Málaga, comenzó a las 19´00 h. del pasado 16 de enero, en el Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos, en El Perchel, el acto del reconocimiento-homenaje realizado a la serie de TVE “Proceso a Mariana de Pineda”, al haberse cumplido los cuarenta años de su emisión. En el acto intervinieron destacados oradores, como la historiadora Antonina Rodrigo, biógrafa de Mariana, con varios libros escritos sobre ella; el gran pintor Antonio Montiel, retratista de Pepa Flores como Mariana de Pineda, en varias ocasiones; Esteban Alcántara, presidente de la Asociación Torrijos 1831 y biógrafo de José María Torrijos y Uriarte, y Manuel Rodríguez, Director del Centro Europeo de la Mujer, con sede en la Casa de Mariana de Pineda en Granada. Presentó el acto Flori Sastre, y actuaron, Alicia Gallego como Mariana de Pineda, acompañada en la escenografía por la representación de una escolta de soldados y una monja de Santa María Egipciaca; Enrique Parapar, como ilustrado de principios del XIX, relator de los excesos cometidos durante la “Década Ominosa” (1823-1833); Carmen Casán con una impresionante aportación flamenca, Carlos Corcoles, interpretando de forma convincente al cruel alcalde del Crimen, Ramón Pedrosa, y Juan Gavilán representando a un agente gubernativo. El control de sonido e imágenes, corrió a cargo de Juanma Martín. Hubo una importante representación granadina, con Bienvenido López, bibliotecario del Centro Europeo de la Mujer, de Granada, y Antonio Pérez, coordinador del Club de los Libros Perdidos de Granada, acompañados por un grupo de personas procedentes de la capital del Darro. También estuve presente una representación del Distrito Centro de Málaga, y estuvieron presentes, importantes colectivos de recreaciones históricas de la provincia de Málaga, como la Orden de Granaderos y Damas de Gálvez de Macharaviaya, o Manzanares. Estepona 1831. Culturales, como AMADUMA, con su presidenta al frente; folclóricas, como Solera, representada por su presidente Ramón, o vecinales como las de El Perchel y Trinidad, representados por sus respectivas presidencias, y también, de artistas notorios malagueños, como el cantaor Manolo Garrido. Hubo un impresionante llenazo que completó el aforo del Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos. Todo un éxito.
Presentación del acto a cargo de Flori Sastre, la secretaria de la Asociación Torrijos 1831.
“A principios de la década de los años ochenta del siglo XX, nuestra joven democracia acababa de asentarse en el país. Cambiaban las cosas y cambiábamos nosotros, teniendo esta transformación, cómo no, un reflejo en los programas de Televisión Española. Sin duda, uno de los programas diferentes que nos abrió el conocimiento hacía una página dramática de nuestra historia, fue “Proceso a Mariana de Pineda”, emitido por la Uno. Esta miniserie de cinco capítulos, tuvo como personaje central la figura de Mariana de Pineda, heroína liberal por antonomasia, tras la que se vislumbra la influencia de la obra teatral de Federico García Lorca. Estuvo ambientada en la Granada de 1831, en el octavo año de la llamada “Década Ominosa” del siniestro reinado absolutista de Fernando VII. El guion se basó en los documentos oficiales del proceso al que fue sometida Mariana Pineda, colaborando en la aportación de la documentación histórica, una insigne historiadora amiga de nuestra Asociación Torrijos 1831, como así fue recogido en los créditos: la también granadina Antonina Rodrigo, nacida en el Albaicín. Documentos que narraban los últimos días de la vida de una mujer valiente que se entregó a la causa de la Libertad, en un país donde ésta no existía. Mariana fue condenada y ajusticiada el 26 de mayo de 1831, a garrote, tras rechazar el perdón que se le ofrecía si delataba a sus compañeros de causa. ¡Qué valor demostró hasta el final! Además de los datos históricos, la serie muestra una trama de ficción convertida en síntesis dramática, donde se reflejan las costumbres de la época, su folclore, las intrigas políticas y religiosas, y los abusos continuos de un poder muy mal ejercido.
La actriz malagueña Pepa Flores interpretó a Mariana Pineda (fue uno de sus últimos papeles), acompañada de un elenco de actores como Germán Cobos (juez Pedrosa), Juanjo Puigcorbé (teniente Alba), Carlos Larrañaga (capitán Álvarez de Sotomayor), Rafael Alonso (funcionario), Toni Isbert (Ferrer), Manuel Galiana (ilustrado), Enrique San Francisco (Federico), Valentín Paredes (padre Saila), José María Caffarel (Juez Ceruelo), Antonio Iranzo (Matías), Conrado San Martín (abogado defensor), Juan Vivó (confesor), Rosario Flores (Juanita), y la malagueña Kiti Mánver como “la Chispa”. Todos ellos estuvieron bajo la dirección de Rafael Moreno Alba, que anteriormente había dirigido películas como “Gallos de pelea” (1969), “Las melancólicas” (1971), “Triángulo” (1971), con Nuria Espert, y “Pepita Jiménez” (1975). Pero donde alcanzó gran notoriedad fue con la serie televisiva “Los gozos y las sombras” de 1982, novela homónima del escritor Gonzalo Torrente Ballester. La serie sobre Mariana de Pineda contó con una buena fotografía, un vestuario fabuloso, así como una notable ambientación histórica, muy conseguida. Fue significativo oír de fondo, en momentos ocasionales, las notas del himno de Riego, en una televisión que era la única en el país, entonces. Desde el punto de vista de hoy, se puede pensar que el guión quizás pudo ser mejorable, y que aspectos interpretativos pudieron hacerse de forma más convincente, pero las cosas deben de analizarse en el contexto en el que se llevaron a cabo y con los medios con que se contaron entonces. La serie fue rodada en Granada, Madrid, Bobadilla del Monte, Carmona. Sevilla y Huelva, contando con un presupuesto de 163 millones de pesetas».
Intervención del presidente de la Asociación Torrijos 1831.
“El año pasado se cumplieron los cuarenta años de la emisión de la serie ““Proceso a Mariana Pineda””. Entonces quisimos hacer este reconocimiento-homenaje, que hoy estamos llevando a cabo, pero nos fue totalmente imposible realizarlo en 2024, por tantos compromisos adquiridos por nuestra Asociación, tanto dentro como fuera de Málaga. Hoy sí, hoy lo hacemos acompañados por tantas destacadas personas, como el pintor Antonio Montiel, la historiadora Antonina Rodrigo, o Manuel Rodríguez, Director del Centro Europeo de la Mujer, con sede en la Casa de Mariana de Pineda en Granada, así como representantes de tantos colectivos importantes de Málaga y Granada, que comparecen esta tarde en este singular Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos. El orden que precede a este reconocimiento-homenaje es poner en valor lo que fue, y es, la serie ““Proceso a Mariana Pineda””, lo que nos significó entonces y lo que nos traslada hoy; recordar en todo su significado la figura de Mariana de Pineda, tanto como mujer como personaje histórico y, finalmente, mostrar todo lo que conocemos respecto a la actriz malagueña Pepa Flores, en cuanto a su interpretación como Mariana de Pineda en la serie”.
Discurso de Enrique Parapar.
“Queridas amigas y amigos, al principio de la serie “Proceso a Mariana de Pineda”, el personaje del ilustrado, interpretado por Manuel Galiana, cita: “Descartes, Galileo, Voltaire, prohibidos en el país, Voltaire porque ha contribuido al desarrollo del espíritu revolucionario en Francia, las imprentas españolas solo pueden editar traducciones de novelas mediocres leídas y releídas por miopes ojos sensores que prohíben versos de Valbuena porque hablan de pechos… Estarán de acuerdo conmigo señores en que España está en mala situación, atrasada, pasiva en cuanto a lo que se hace en países más próximos, con tendencia a la imitación, más que a la creación, con un tren de vida inferior, es necesario el cambio sin demora… Creo que una nación debe de ilustrarse y hacer grandes reformas sin sangre…”. El texto nos da la pista del mundo al que nos trasladará la serie: la trágica “Década Ominosa” del reinado de Fernando VII, monarca que fue el lastre, que impidió a nuestros antepasados llevar adelante el progreso político, social y económico, tan necesario para competir en Europa. Abolió en 1814 la Constitución de 1812, y con ello las libertades y derechos que habían hecho a los españoles ciudadanos. Dejó de existir la prensa libre y comenzó a aplicarse la tortura, incomunicación y la pena de muerte con aquellos identificados con los ideales constitucionales. Entre los que personajes de relieve histórico que fueron ejecutados antes de producirse la muerte de Mariana de Pineda, estuvieron, Porlier, Lacy, Ricart, Rafael del Riego, Pablo Iglesias y Juan Martín “EL Empecinado”. El ilustre escritor inglés Richard Ford, que pasaba temporadas en la Alhambra de Granada, sintió la necesidad de explicar su impresión que produjo en él la ejecución de Mariana de Pineda, a través de una carta a Mr. Addington: “Se ha efectuado en estos días una horrenda ejecución, que habría producido una revolución en cualquier parte. Han dado muerte a una hermosa viuda, relacionada con las mejores familias, por el hecho tan sólo de haberla encontrado en posesión de una bandera constitucional, con un lema medio bordado. Se negó a hablar de sí y de sus cómplices. El asunto se envió a Madrid y volvió de nuevo, para horror y sorpresa de todos, con la orden de ejecución. ¡Una mujer ejecutada por tal delito en el año 1831! Decididamente, estas cosas se llevan en España de modo diferente”. Las graves tensiones y enfrentamientos, y la guerra para hacer desaparecer a tantas víctimas señaladas durante el reinado de Fernando VII, fueron desgraciadamente la antesala, y el germen, de lo que sería la violencia política en España durante el siglo XIX, perdiéndose por el camino personas de relieve, el logro de mejoras muy necesarias para nuestro país y la posibilidad de haber hecho una revolución industrial amplia, fuerte y en condiciones, así como modernas transformaciones políticas, económicas y sociales. En el XIX tuvimos monarquías absolutas, parlamentarias y, también, una república. Junto a esto, más de cien gobiernos y ocho constituciones. Se derrocaron dos reyes, se eliminó la I República con un golpe de estado y hubo tres guerras civiles fratricidas de envergadura, guerras para defender a una corona dinástica, la borbónica, frente a rebeldes procedentes de esa misma dinastía (los carlistas), que arrasaron con grandes desastres humanos y económicos nuestro país, con capítulos de violencia extrema en la aniquilación de los enemigos. Sin darse apenas cuenta, aquellos protagonistas de ayer, de luchas fratricidas de extrema dureza, nos dejaron una complicada herencia a las generaciones que nacerían en el siglo XX: la cultura de la guerra civil y del enfrentamiento entre españoles, o cuanto menos, recelos, desprecios y antipatías eternas, con la ofuscación de no dar tregua al rival de signo contrario, con un patrón siniestro: empezar con la difamación, alcanzar la radicalización propia, para a la larga, desear la eliminación física de los otros. Contando con la actividad de los partidos políticos y la existencia de los diferentes puntos ideológicos (necesarios en una sociedad contemporánea si se entiende como tal), y con el fin de una mejora real de nuestro país, debíamos de haber puesto muy por encima, todos, pero especialmente los poderes, el bien de la cultura cívica (en su más amplio concepto y con la energía necesaria para sostenerla), buscando el diálogo y consenso en las instituciones, así como una constante protección por las clases sociales más desfavorecidas, esforzándose los poderes públicos de turno por recortar las desigualdades y potenciar el bienestar general, pues el destino, por entonces, nos alcanzaba ya, dado que las revoluciones obreras llamaban a la puerta en el último tercio del XIX. Tengamos memoria, por tanto, para una convivencia que nos haga mejores”.
Magnífico el pintor Antonio Montiel por aportarnos tantísimos datos.
Sin duda, fue extraordinaria su intervención, por tantos detalles como nos aportó, así como por la manera de expresarlos. Nos transportó a cómo inició su amistad con Pepa Flores, a través de un viaje juvenil y solitario, tan incierto como rocambolesco, pero pleno de convencimiento y decisión, que lo llevó a Altea, donde residía la artista entonces. Luego Antonio dio muchísimos datos en cuanto a cómo se gestó la participación de Pepa Flores en el rodaje de “Proceso a Mariana Pineda”, a la que no solamente trató, pues hizo amistad, más adelante, con Tony Isbert y Valentín Paredes. Nos habló del director de la serie, Rafael Moreno Alba, de la dirección de éste con Pepa Flores, de detalles de la interpretación, mostrándose Montiel como un buen conocedor de los recursos interpretativos, tanto del cine como del teatro, y comentando que le hubiera gustado mucho ser director teatral. Valoró, en mucho, la presencia de la escritora Antonina Rodrigo y agradeció la labor cultural e histórica de la Asociación Torrijos 1831.
Intervención de Antonina Rodrigo.
Estudiosa del personaje de Mariana de Pineda, desde su juventud, esta granadina nacida en el Albaicín, es un caudal importantísimo de conocimientos en cuanto a la biografía histórica de la heroína granadina. En su cuenta de autora, figuran varios libros editados sobre Mariana de Pineda, así como un importante arsenal de documentos históricos recuperados. Antonina nos explicó que, siendo joven, se dirigió al antiguo convento de Santa María Egipciaca, de Granada, donde en su día estuvo detenida Mariana, para conocer más sobre la celda donde estuvo encerrada, que todavía, junto el convento, existía entonces en la bella capital granadina. Más adelante, las monjas confiaron en ella para entregarle la llave de la celda, que durante muchos años Antonina custodió para, finalmente, entregarla al Centro de Interpretación Histórico que hoy alberga la antigua casa de Mariana de Pineda, en calle Águila. Antonina fue pregonera de las IV Jornadas de homenaje a Torrijos y la Constitución (2005), uniéndose desde entonces en gran amistad con nuestro colectivo. La escritora explicó la historia de Mariana frente al poder despótico y absolutista de Fernando VII, relato que fue todo un lujo poderlo oír.
Palabras de Manuel Rodríguez, Director del Centro Europeo de la Mujer, con sede en la Casa de Mariana de Pineda en Granada.
Básicamente, explicó toda la labor que el Centro Europeo de la Mujer, con sede en la Casa de Mariana de Pineda, realiza tanto en Granada, como en el resto de España, así como de sus conexiones con Europa. Rodríguez, significó, que el centro no solo orbita en la figura de Mariana, sino a través de otras muchas mujeres que por su valor en la defensa del mundo femenino y sus derechos, han destacado en diversas épocas.
Interpretación flamenca de Carmen Casán.
Una vez más, nuestra querida compañera Carmen Casán ha puesto de manifiesto sus grandes dotes para interpretar el flamenco, actuando en el Refectorio con un tema propio dedicado a Mariana de Pineda, titulado “Alas de plata”, que arrancó el aplauso de todos los presentes en el acto.
Genial Carlos Corcoles dando vida al alcalde del Crimen, Ramón Pedrosa.
“Mi nombre es Ramón Pedrosa y fui nombrado alcalde del Crímen en Granada, por el mi querido ministro Tadeo Colomarde, para reprimir o acabar con la vida de cualquier liberal opuesto a su Majestad Católica Fernando VII. Les aseguro que cumplí sus deseos a rajatabla y no mostré compasión alguna por ellos. Mi más conocida víctima fue Mariana de Pineda, una bella joven descendiente de la burguesía granadina, con 26 años, viuda con dos hijos. Sabíamos que protegía a los liberales y que había ayudado a huir de la cárcel a su primo Álvarez de Sotomayor. La espié, la acosé, la coarté, e urdí un plan impune contra ella. Mariana había encargado a dos bordadoras una bandera liberal con la leyenda “Libertad, Igualdad y Ley”. Lo supe por una confidencia de un cura que mantenía relaciones con una de las modistillas, al que mandé torturar para que confesara. Así que ordené, que le escondieran la bandera en su casa y se efectuara a continuación un registro. Al encontrarla, la acusé de conspiración. Me sorprendió, pues se mostró firme, terca y no delató a sus correligionarios. Nunca concebí tanto valor en una mujer. No hubo manera de convencerla ni con la amenaza de su ejecución. Sentí cosas inconfesables por ella, cosas que no puedo expresar ni con el paso de los años…, pero finalmente logré que fuera condenada a morir, a garrote vil, un 26 de mayo de 1831. Ejecutarla me supondría la gran recompensa de ser nombrado miembro de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, el Tribunal Supremo del régimen de mi amado monarca Fernando VII. Pero al morir el rey, su mujer, la reina María Cristina, incrementó la participación de los liberales en el poder y apartó, persiguió y detuvo, a cuantos nos habíamos dedicado en cuerpo y alma a la represión durante el gobierno de su esposo. Fui detenido en Adelán y recluido en el castillo de San Antón (A Coruña). Finalmente, me desterraron como a un perro a las islas Filipinas en 1835. A mi regreso en 1843, temeroso de lo que me pudieran hacer los liberales, me asenté en París, y luego en Roma. Allí dejé 12.000 reales para la Iglesia y para el altar mayor del templo de Adelán, por lo que no pocos hablaron de mí como “el santo don Ramón”, cuando la muerte me reclamó en 1848.
En mi condena eterna de la que ningún dinero eclesiástico me ha podido librar, supe la odiada visión que de mí hizo un poeta granadino, ya en el siglo XX: un tal Federico Gracía Lorca. Me describió como “viejo verde”, “perverso”, “cruel trepador”, yo, que fui un cristiano ejemplar, que me quedaba embelesado, durante horas, mirando las imágenes en los templos mientras rezaba fervorosamente el rosario, y que siempre mostré una rectitud inflexible… Peor me puso Lence Santar, el cronista mindoniense, pues el historiador Andrés García Doural halló en el Archivo municipal de Mondoñedo un acta del 1 de enero de 1920, con una anotación de puño y letra del propio Lence que decía: “¡Aquí está el tirano y miserable Pedrosa de La Escoura, en Adelán, el asesino de Mariana Pineda… Dícese que era soberbio, un vicioso y un hipócrita redomado!”. Puede que conocieran mis bajos instintos hacia ella, que fuera más allá de quererla amar, y de morir de celos por no saberla en brazos de un malvado liberal… ¡Mariana…! ¡Mariana…! ¡Sólo estoy para siempre en esta terrible penumbra, condenado en mi pena eterna ..!”
Enorme interpretación de Alicia Gallego como Mariana de Pineda.
Ante sorpresa del público, se apagaron las luces del Refectorio (con excepción de una situada sobre la cabecera del acto). Bajo el sonido de la canción “Mariana de Pineda”, de Solera, fue avanzando entre el público, el grupo de soldados que conducía a Mariana de Pineda, al patíbulo, a los que seguía una monja de Santa María Egipciaca. Mariana de Pineda, interpretada una vez más, de forma genial, por nuestra compañera Alicia Gallego, sobrecogió al público presente. Es muy meritorio y un buen reconocimiento, que, elegida todos los años por el Ayuntamiento de Granada, Alicia da vida a Mariana de Pineda, cada histórico 26 de mayo, en la popular plaza de la Marianita, atestada de personas, tras un desfile cívico de época, en el que participa toda la Asociación Torrijos 1831. Acompañaron a Alicia en esta estupenda representación, nuestros compañeros, José Antonio Millán, José Luís Llorente y Esperanza. Nuestra mayor enhorabuena a todos ellos.
Interpretación de Juan Gavilán, como agente gubernativo, del bando dado por el gobierno fernandino tras la ejecución de Mariana de Pineda.
COMUNICADO OFICIAL DEL GOBIERNO DE SE MAJESTAD FERNANDO VII
EL 26 DE MAYO ÚLTIMO SUFRIÓ EN GRANADA LA PENA DE MUERTE DOÑA MARIANA DE PINEDA, VECINA DE AQUELLA CIUDAD.
SORPRENDIDA SU CASA POR LA POLICÍA EL 13 DE MARZO PRÓXIMO ANTERIOR SE ENCONTRÓ EN ELLA UNA BANDERA REVOLUCIONARIA A MEDIO BORDAR, Y VARIOS OBJETOS ANÁLOGOS.
EMPEZADAS LAS DILIGENCIAS POR LA POLICÍA Y SEGUIDA LA CAUSA POR EL TRIBUNAL CON TODA ACTIVIDAD, EL DELITO DE DOÑA MARIANA DE PINEDA HA SIDO PROBADO PLENAMENTE.
SI AÚN SON MÁS DOLOROSOS ESTOS CASTIGOS EN LAS MUJERES QUE EN LOS HOMBRES, NO POR ELLO DEJAN DE SER PRECISOS PARA ESCARMIENTO, ESPECIALMENTE DESPUÉS QUE LOS REVOLUCIONARIOS HAN ADOPTADO LA TÁCTICA VILLANA DE TENER POR INSTRUMENTO Y POR ESCUDO DE SUS LOCOS INTENTOS AL SEXO MENOS CAUTO Y MÁS CAPAZ DE INTERESAR LA AJENA COMPASIÓN.
TODA LA PENÍNSULA GOZA DE PERFECTA PAZ.
MADRID, A 7 DE JUNIO DE 1831.
Fotografías: Santiago Sastre.


























